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Comenzaremos en el análisis de noticias que se relacionan con nuestro barrio y la Escuela 122
Corredor Garzón mejora la nota y se siguen realizando ajustes
En horario pico ayer el recorrido demoró 19 minutos. Se quiere llegar a 15
A fin de año, El Observador le tomó el tiempo a un G que salió de la Terminal Multimodal Colón al mediodía. En esa oportunidad, tardó 23 minutos en completar el trayecto. Ayer, a la misma hora, tardó 19 minutos.
Esto coincide con la reducción de entre 4 y 5 minutos obtenida desde la sincronización de semáforos realizada por la IMM el 26 de diciembre. Desde esa fecha los ómnibus tienen dos luces verdes (en vez de una) en cinco fases de los semáforos. Al inaugurarse la obra, los ómnibus tardaban aproximadamente 30 minutos en transitar por todo el corredor, muy lejos del objetivo de completarlo en 15 minutos.
Esto coincide con la reducción de entre 4 y 5 minutos obtenida desde la sincronización de semáforos realizada por la IMM el 26 de diciembre. Desde esa fecha los ómnibus tienen dos luces verdes (en vez de una) en cinco fases de los semáforos. Al inaugurarse la obra, los ómnibus tardaban aproximadamente 30 minutos en transitar por todo el corredor, muy lejos del objetivo de completarlo en 15 minutos.
Acostumbrados
Margarita Villar no entiende porqué tanta alharaca. La primera vez que optó por dejar pasar un interdepartamental y esperar el G8 que une el Hipódromo de Las Piedras con la terminal su hija le preguntó si estaba segura. “Tengo 66 años pero no estoy chochando”, le contestó. Ahora utiliza el nuevo corredor para llegar al centro de Montevideo. “A mí me parece perfecto. No tenés modo de marearte”, afirmó a El Observador. Además, se ahorra la diferencia del boleto.
Además, la terminal le parece “organizada e higiénica”, dos atributos que no ve en el resto de las paradas. Sobre las protestas de los vecinos apuntó: “La gente mayor no quiere adelantos”.
Los cambios todavía no conforman a Cristina Aguilar pero aseguró que, como todos, ya se está acostumbrando. Su viaje desde Complejo América (a través de la línea G2) se alargó 15 minutos solo para llegar al centro de Colón.
No obstante, la línea G2 dejará de funcionar el 4 de marzo. La mejora propuesta por la IMM es que las líneas 145, 147, 526 y L29 tengan destino y origen durante todo el día en el Complejo América, por lo que quienes viven allí tendrá más servicios.
El viaje también se le alargó a Alejandro (no quiso dar su apellido), quien ha tenido que adelantar media hora el momento de salir de su casa, en Melilla, al trabajo que comienza a las 6. Desde que está el corredor debe salir a las 4:30 de la mañana. “Esto está pensado para un país del primer mundo. Nadie respeta la orden de bajar por la puerta trasera”, comentó. El fin de semana le pidieron en la feria que firmara contra el corredor Garzón pero se rehusó. Piensa que la movida de los vecinos de Colón es exagerada y que no queda otra que acostumbrarse.
De todas formas, a partir del 4 de marzo, Alejandro y los pasajeros que provienen de Aviación Civil podrán optar por tomar un servicio hasta la terminal Colón (G4) o por servicios intercalados de las líneas 148 y 329, en el caso que les sirvan, para pasar por la terminal pero sin hacer trasbordo.
Gerardo Urse, director de Movilidad Urbana, había prometido a comienzos de enero que “la mayoría de los temas” estaría resuelta “para cuando comiencen las clases”.
Puede mejorar
Cindy, otra usuaria que no quiso decir su apellido, cuestionó que para llegar a la terminal debe pagar dos boletos: uno local ($ 11) y otro común debido a que el guarda le “hace pagar nuevamente” porque no acepta el boleto previo para el viaje de una hora. De esta forma, Cindy paga $ 22 más todos los días. “Desde que funciona el corredor Garzón el boleto me resulta más caro”, expresó. Pero lo que más le molesta son “los malos tratos” de los choferes. “Por la impaciencia (de que van atrasados) te tratan mal”, relató. Cindy viajaba con sus dos hijos, uno de 3 meses.
Cindy, otra usuaria que no quiso decir su apellido, cuestionó que para llegar a la terminal debe pagar dos boletos: uno local ($ 11) y otro común debido a que el guarda le “hace pagar nuevamente” porque no acepta el boleto previo para el viaje de una hora. De esta forma, Cindy paga $ 22 más todos los días. “Desde que funciona el corredor Garzón el boleto me resulta más caro”, expresó. Pero lo que más le molesta son “los malos tratos” de los choferes. “Por la impaciencia (de que van atrasados) te tratan mal”, relató. Cindy viajaba con sus dos hijos, uno de 3 meses.
Valeria Lemos todavía no se acostumbró a tomar el G1 “por dos paradas”, llegar a la terminal, y esperar el 2 para continuar su viaje y que el ómnibus se detenga en casi todos los semáforos de Garzón. “Los semáforos siguen siendo de lo peor”, dijo.
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